Todos conocemos Ubuntu como la distribución Linux más sencilla y orientada al público en general. Desde su aparición hace unos años se ha expandido considerablemente su uso en el ámbito doméstico y también en el empresarial. Sin embargo, este año su popularidad no ha dejado de bajar y va a cerrar el año sin ser, como hasta ahora, la distribución Linux más popular.
¿Quién le ha quitado el puesto? Pues ha sido Linux Mint, otra distribución basada en Ubuntu pero que ha apostado por crear una capa de interfaz por encima de Gnome 3, llamada Mint Gnome Shell Extension. Junto a esta capa nos encontramos una distrubución muy completa en cuanto a paquetes software, con un rendimiento muy optimizado, y muy del gusto de los usuarios de Linux de siempre. Realmente nos encontramos con un Linux muy fácil de usar, al contrario que Ubuntu que desde que ha apostado por la interfaz Unity no ha dejado de perder usuarios.
Con la versión Linux Mint 12 esperamos que la tendencia siga en este sentido y se consolide como el Linux por excelencia. Su facilidad de uso y apariencia visualmente atractiva son los ingredientes principales para que lo consiga.
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